viernes, 30 de marzo de 2012

Please, forgive me.

Mi dolor se apago, ya puedo respirar. Le dí la espalda al amor que te pude dar, en el aire va tu voz haciendo eco en mi ser. Estoy visualizando el lugar donde caminamos, tu presencia sigue allí dándome la mano. Fuíste el alma dónde viví, al que nunca volveré a ver. Voy a reír, voy a soñar, te tendré que superar, viviré la señal que me da el destino. Me cansé de llorar, se acabó tu tempestad, serás aquel fantasma de amor que olvidaré. Ya no pensaré nunca más en lo ocurrido, para mi formas parte del pasado. Que difícil es deshacer cada instante que vivimos. Hoy es el día en que te aparto de mis recuerdos, hoy es el día en que libero todo lo que fuiste tú.

domingo, 25 de marzo de 2012

Capítulo 1: Inesperado encuentro.

Cinco de la tarde. Ese sentimiento repentino de cumulo de muchas cosas a la vez vuelve. Es algo raro entre nostalgia, ilusión y... está bien, no sé explicarlo. Dentro de escasos días estaré de vuelta a mi hogar, Londres, puede que de ahí mi enorme emoción. Dejaré la Gran Manzana, mis sueños, mis expectativas de un futuro perfecto, por un capricho de mi padre. No me he llevo bien con él desde el accidente de mi hermano, no sé como me convenció para volver, pero de todas formas me debería sentar bien un cambio de aire... ¿A quién quiero engañar? No quiero abandonar Nueva York por nada del mundo, es más, estoy por comprar del todo mi apartamento. Disfrutaré de mis últimos días por aquí... hoy toca acercarme al barrio de SoHo para reunirme con Hillary. Iremos al piso de Phil, nos va a presentar el trailer de su película.
Consigo levantarme del sofá para ver que me puedo poner. Vestido vintage, botas altas, poco maquillaje. Cojo una revista para no aburrirme en el metro, la meto en mi Prada y salgo hacia SoHo.

18.30 h

-Hace demasiado frío -replico con desanimo.
-¡Oh, venga Amanda, no seas tan quejica! Espero que no seas así con mi película...-añade Phil.
-Seré buena está vez -sonrío.

20.00 h

Estoy entrando por la puerta del local de un amigo de Phil. Me intento colar por debajo de los brazos de una chica que baila hacia la barra. Consigo llegar hacia mi meta hasta que noto un leve toque en mi hombro.
-Me temo que no nos han presentado, me llamo Mike, y no podía dejar pasar esta belleza por delante mía sin hablarle.
Suelto una risita y le tiendo mi mano.
-Haymitch, Amanda Haymitch.
-Todo un placer, señorita Haymitch -coge suavemente mi mano y la besa- ¿Le podría invitar a una copa de champán?
-Oh, claro que sí, no diré que no a esa oferta.

23.45 h

Es un cuarto demasiado oscuro pero no lo suficiente para notar que estoy tumbada encima de Mike riéndome a causa de las numerosas botellas de champán ya vacías en el suelo. La cabeza me da vueltas. Me empiezo a marear. Río cada vez con más intensidad. No sé lo que me pasa pero es una sensación que no quiero que acabe nunca

02.00 h

-¿Amanda...?
Abro los ojos. ¿Dónde estoy? Me encuentro tirada en el suelo, con el vestido lleno de confeti dorado, con un dolor de cabeza insuperable y un dulce Mike acariciándome la cara mientras me pregunta.
-Eh... ¿buenos días?
Puedo escuchar su risa rebotando en mi mente. Hasta el silencio me duele.
-Déjame que te lleve a casa, por favor.
-No, puedo perfectamente yo solita, gracias.
Y justo al hacer un esfuerzo por levantarme, caigo de rodillas con una gran risa nerviosa.
-Te lo pido por favor, enserio, no quiero que te hagan nada a esta hora por la calle.
-Hmm... está bien, solo por hoy -le dedico una sonrisa antes de sentarme a causa de mi mareo.

Salimos del local cogidos de la mano, seguramente mucha gente ya habrá pensado mal pero solo me aguanta por mi gran pedo. Me consigue montar en su coche mientras que, ya arrancado este, le doy vagas indicaciones sobre donde vivo.

-Hasta otra noche, Amanda.
-Claro, claro, buenas... noches -sonrío.
Mike se baja del coche rápidamente. Enlaza su mano izquierda con la mía mientras que con la otra me sujeta la cintura y me deja caer sobre mi portal.
-¿Quieres que me quede contigo hoy?
-No hace falta, llámame mañana.
-No tengo tu número -ríe.
-Oh cierto... -me despego de él, cojo una tarjeta de publicidad de mi pequeño trabajo discontinúo y me alejo de él- Hasta mañana.
-Pero yo...
-¡Pero hasta mañana!
Y con una gran sonrisa (no sé si muy bien si por mi estado o por las ganas que tenía de quitármelo de encima) cierro el portal en sus narices. Subo con los tacones en la mano hacía la segunda planta, abro y me dejo caer boca arriba sobre el sofá después de cerrar.

11.56 h

"Hello, hello, hello, hello how low?" Intento coger el móvil dándole ligeras manotadas a la mesa hasta que al final contesto.
-¿Sí?
-Eh...hola.
-¿Quién es?
-Soy Mike, nos vimos ayer... es para quedar verás... ¿te cojo en un mal momento?
Me siento al instante cuándo escucho "Mike", es entonces cuándo recuerdo lo mucho que me duele la cabeza pero eso no importa.
-No, no, no te preocupes. ¿Quedamos hoy?
-¡Sí, perfecto! Es decir... claro, si puedes.
-Sí, sí, claro... ¿A qué hora?
-¿Qué tal si quedamos para almorzar en Carpe Diem?
-Perfecto, ¿a las dos?
-Sí, está bien... nos vemos.
-Adiós.
Tarda unos tres segundos en colgar. Veo tres mensajes de Hillary en el BBMessenger.
1. "¿Amanda dónde estás?"
2. "Me han dicho que te has ido con Mike... ¿es verdad?"
3. "Por favor si es verdad es urgente que me llames."
Realmente, no entendía nada, pero accedí a llamarla. Día de resaca y justo, día de líos.
-¿Hillary?
-Oh, por Dios, has dado señales de vida, ya era hora, cariño.
-Bueno, cuéntame eso sobre Mike...
-O sea, ¿qué es verdad?
-Solo pase las horas del local con él... ¿Por qué? Ni que tuviera nada malo.
-¿Sabes que te saca diez años?
-Bue... bueno, ¿y qué?
-¡Pues qué es muy malo, Amanda! Tú tan solo tienes diecisiete y el casi treinta.
-No le veo nada malo, y en serio, no quiero discutir porque me duele bastante la cabeza, si no te diría un par de cositas.
-¿Perdona? Síntomas del enamoramiento, oh no... ¡Oh no! ¡Amanda, escúchame joder! ¡Tiene antecedentes!
Mi cara se ha vuelto blanca. No puede ser. No consigo reaccionar.
-¿Amanda, estás ahí?


lunes, 19 de marzo de 2012

E erre pe etcétera.

Gracias. Quiero que te quede muy claro: MUCHÍSIMAS GRACIAS. Por quitarme la venda que tenía, por animarme cuándo peor estoy, por hacerme reír con nuestras infinitas tonterías, nuestras "peleas" (de mentira, está claro)... Joder, muchísimas gracias, cariño. Eres un chico cien por cien optimista, cariñoso, amable, simpático... ¡un chico 10! Y sobre todo, un chico que siempre va con la verdad por delante y eso es lo que me ha hecho darme cuenta de muchísimas cosas. Por eso y por muchas cosas más, perdóname cuando no te eché cuenta cuando estaba ciega intentando no creer los rumores que decían toda la ciudad sobre el otro.Ya sabes que me vas a tener para todo igual que te he tenido yo a ti para poder contarte cualquier cosa. Ah, por cierto, gracias también por preocuparte por mi salud, creo que has sido el casi único. Te "adorablemente" adoro.

Eme te.

Y no poder tenerte sin tenerte que ocultar, y no saber tenerte sin poderte disfrutar. Si estás conmigo solo quiero que te vayas ya pero sin marchas pienso "Uf, cuándo volverás...". Demasiadas razones que imponen distancia, tú me has hecho volver a la infancia. Pensar que estoy en la cima y estar en el asfalto, por ti la caída fue desde más alto. Sentí la subida, fue algo muy raro, meses de daño, prueba y fallos. Sé que siempre estarás ahí, no es algo raro, pero estarás cuando cuando yo quiera que te quede claro. Estoy en la cima y es gracias a ti, todo por como me haces sentir. Eliminas mis dudas, mis heridas curas, me das luz cuando estoy a oscuras. Dices que puedo, me haces creer, marcas mi rumbo y me haces ser. Destruyes todo en lo que creo pero a cambios me das el mundo entero, contigo muero pero me haces sentir viva. Y ya no sé si debo creer en ti, si dejar de hablar cuando hablas por mi, todo cambió cuando te conocí, quiero tener lo que me das pero sin ti.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Happy togheter.

" -¡La Duquesa! ¡La Duquesa! ¡Oh, mis queridas patitas! ¡Oh, mi piel y mis bigotes! ¡Me hará ejecutar, tan seguro como que los grillos son grillos! ¿Dónde demonios puedo haberlos dejado caer? ¿Dónde? ¿Dónde?


Alicia comprendió al instante que estaba buscando el abanico y el par de guantes blancos de cabritilla, y llena de buena voluntad se puso también ella a buscar por todos lados, pero no encontró ni rastro de ellos. En realidad, todo parecía haber cambiado desde que ella cayó en el charco, y el vestíbulo con la mesa de cristal y la puertecilla habían desaparecido completamente.


A los pocos instantes el Conejo descubrió la presencia de Alicia, que andaba buscando los guantes y el abanico de un lado a otro, y le gritó muy enfadado:


-¡Cómo, Mary Ann, qué demonios están haciendo aquí! Corre inmediatamente a casa y tráeme un par de guantes y un abanico! ¡Aprisa!"


No siempre soy la fuerte. Y aunque la mayoría de las veces pienso que mañana será otro día, es un ciclo vicioso que siempre se repite. Entonces es cuándo recuerdo mi infancia, de alguna forma fue bonita, no todo fue de color de rosa... pero esos pequeños matices me hacen sonreír.

Tonight we all die young.

Recuerdos. Es sólo lo que puedo pensar de haber leído aquello. Fue todo tan bonito, aunque duró poco, para mi gusto. ¿Olvidarme de él? Él ya ha marcado parte de mi vida y de mi corazón, no lo podré olvidar jamás. Puede que sea un factor a mi favor, o que me arruine el  resto de mi vida, pero le sigo queriendo. Últimamente quiero creer que lo sigo queriendo como hermano pero hay algo que me tortura y me hace recordar tardes a su lado, momentos inolvidables, sonrisas en su hombro... Basta, para ya de pensar eso CL, no debes de pensar en todo lo vivido porque mi presente se mueve si lo sigo haciendo. Se tambalea. Y es entonces es cuándo en el medio del caos, de todas mis rayaduras, sonrío. Sonrío porque seguramente me habré acordado de cuando estuve tanto tiempo abrazada a él, cuando le dije "te quiero" por primera vez... o de un 13 de Enero, cuándo no sabía que a partir de esa noche mi vida iba a cambiar por situaciones difíciles a la vez que bonitas. Esto ya es demasiado. Debo de tomarme un tiempo. Para mi. Mi salud. Mi bienestar. Mi corazón... el mismo que ha estado en una montaña rusa todo el tiempo, sin poder parar de mandar órdenes al ejercito de mariposas para que baje a mi estómago. El mismo que ha sufrido tanto en tan poco. Si estás leyendo esto y te estás dando por aludido: Te quiero, nunca te olvidaré. Y siento muchísimo lo ocurrido, debemos de darnos otro tiempo.
Cada uno tenemos ya nuestras vidas, yo estoy confundida y tú feliz, sólo te puedo decir que me alegro por ti.