domingo, 25 de marzo de 2012

Capítulo 1: Inesperado encuentro.

Cinco de la tarde. Ese sentimiento repentino de cumulo de muchas cosas a la vez vuelve. Es algo raro entre nostalgia, ilusión y... está bien, no sé explicarlo. Dentro de escasos días estaré de vuelta a mi hogar, Londres, puede que de ahí mi enorme emoción. Dejaré la Gran Manzana, mis sueños, mis expectativas de un futuro perfecto, por un capricho de mi padre. No me he llevo bien con él desde el accidente de mi hermano, no sé como me convenció para volver, pero de todas formas me debería sentar bien un cambio de aire... ¿A quién quiero engañar? No quiero abandonar Nueva York por nada del mundo, es más, estoy por comprar del todo mi apartamento. Disfrutaré de mis últimos días por aquí... hoy toca acercarme al barrio de SoHo para reunirme con Hillary. Iremos al piso de Phil, nos va a presentar el trailer de su película.
Consigo levantarme del sofá para ver que me puedo poner. Vestido vintage, botas altas, poco maquillaje. Cojo una revista para no aburrirme en el metro, la meto en mi Prada y salgo hacia SoHo.

18.30 h

-Hace demasiado frío -replico con desanimo.
-¡Oh, venga Amanda, no seas tan quejica! Espero que no seas así con mi película...-añade Phil.
-Seré buena está vez -sonrío.

20.00 h

Estoy entrando por la puerta del local de un amigo de Phil. Me intento colar por debajo de los brazos de una chica que baila hacia la barra. Consigo llegar hacia mi meta hasta que noto un leve toque en mi hombro.
-Me temo que no nos han presentado, me llamo Mike, y no podía dejar pasar esta belleza por delante mía sin hablarle.
Suelto una risita y le tiendo mi mano.
-Haymitch, Amanda Haymitch.
-Todo un placer, señorita Haymitch -coge suavemente mi mano y la besa- ¿Le podría invitar a una copa de champán?
-Oh, claro que sí, no diré que no a esa oferta.

23.45 h

Es un cuarto demasiado oscuro pero no lo suficiente para notar que estoy tumbada encima de Mike riéndome a causa de las numerosas botellas de champán ya vacías en el suelo. La cabeza me da vueltas. Me empiezo a marear. Río cada vez con más intensidad. No sé lo que me pasa pero es una sensación que no quiero que acabe nunca

02.00 h

-¿Amanda...?
Abro los ojos. ¿Dónde estoy? Me encuentro tirada en el suelo, con el vestido lleno de confeti dorado, con un dolor de cabeza insuperable y un dulce Mike acariciándome la cara mientras me pregunta.
-Eh... ¿buenos días?
Puedo escuchar su risa rebotando en mi mente. Hasta el silencio me duele.
-Déjame que te lleve a casa, por favor.
-No, puedo perfectamente yo solita, gracias.
Y justo al hacer un esfuerzo por levantarme, caigo de rodillas con una gran risa nerviosa.
-Te lo pido por favor, enserio, no quiero que te hagan nada a esta hora por la calle.
-Hmm... está bien, solo por hoy -le dedico una sonrisa antes de sentarme a causa de mi mareo.

Salimos del local cogidos de la mano, seguramente mucha gente ya habrá pensado mal pero solo me aguanta por mi gran pedo. Me consigue montar en su coche mientras que, ya arrancado este, le doy vagas indicaciones sobre donde vivo.

-Hasta otra noche, Amanda.
-Claro, claro, buenas... noches -sonrío.
Mike se baja del coche rápidamente. Enlaza su mano izquierda con la mía mientras que con la otra me sujeta la cintura y me deja caer sobre mi portal.
-¿Quieres que me quede contigo hoy?
-No hace falta, llámame mañana.
-No tengo tu número -ríe.
-Oh cierto... -me despego de él, cojo una tarjeta de publicidad de mi pequeño trabajo discontinúo y me alejo de él- Hasta mañana.
-Pero yo...
-¡Pero hasta mañana!
Y con una gran sonrisa (no sé si muy bien si por mi estado o por las ganas que tenía de quitármelo de encima) cierro el portal en sus narices. Subo con los tacones en la mano hacía la segunda planta, abro y me dejo caer boca arriba sobre el sofá después de cerrar.

11.56 h

"Hello, hello, hello, hello how low?" Intento coger el móvil dándole ligeras manotadas a la mesa hasta que al final contesto.
-¿Sí?
-Eh...hola.
-¿Quién es?
-Soy Mike, nos vimos ayer... es para quedar verás... ¿te cojo en un mal momento?
Me siento al instante cuándo escucho "Mike", es entonces cuándo recuerdo lo mucho que me duele la cabeza pero eso no importa.
-No, no, no te preocupes. ¿Quedamos hoy?
-¡Sí, perfecto! Es decir... claro, si puedes.
-Sí, sí, claro... ¿A qué hora?
-¿Qué tal si quedamos para almorzar en Carpe Diem?
-Perfecto, ¿a las dos?
-Sí, está bien... nos vemos.
-Adiós.
Tarda unos tres segundos en colgar. Veo tres mensajes de Hillary en el BBMessenger.
1. "¿Amanda dónde estás?"
2. "Me han dicho que te has ido con Mike... ¿es verdad?"
3. "Por favor si es verdad es urgente que me llames."
Realmente, no entendía nada, pero accedí a llamarla. Día de resaca y justo, día de líos.
-¿Hillary?
-Oh, por Dios, has dado señales de vida, ya era hora, cariño.
-Bueno, cuéntame eso sobre Mike...
-O sea, ¿qué es verdad?
-Solo pase las horas del local con él... ¿Por qué? Ni que tuviera nada malo.
-¿Sabes que te saca diez años?
-Bue... bueno, ¿y qué?
-¡Pues qué es muy malo, Amanda! Tú tan solo tienes diecisiete y el casi treinta.
-No le veo nada malo, y en serio, no quiero discutir porque me duele bastante la cabeza, si no te diría un par de cositas.
-¿Perdona? Síntomas del enamoramiento, oh no... ¡Oh no! ¡Amanda, escúchame joder! ¡Tiene antecedentes!
Mi cara se ha vuelto blanca. No puede ser. No consigo reaccionar.
-¿Amanda, estás ahí?


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